Las comidas diarias se ordenan de acuerdo a una posible alternancia entre comidas formales y momentos más libres de consumo de alimentos. La comida formal estándar se come a horas fijas, si es posible en familia.
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Los placeres diarios de la cocina china

Su menú, organizado según el modelo canónico, farináceo, se centra en el consumo de una ración de cereales. Los nombres de las tres comidas principales: zaofan, zhongfan, wanfan, que significan literalmente "cereal cocido por la mañana, por el medio día, por la tarde", ilustran sin ambigüedad posible su función esencial.

La forma del menú, que se impone al comensal y no autoriza ninguna iniciativa por su parte, es un acto social que consiste en compartir (en familia o en grupo) los alimentos colectivos servidos junto con la harina (por ejemplo, el arroz) que se divide en tazones individuales. Es precisamente el acto de "comer para vivir" lo que permite la renovación de la energía de trabajo a través de la ingesta de cereales.

Pero la duración del día no solo está marcada por las horas regulares de las tres comidas. El consumo de alimentos entre comidas no tiene como objetivo "nutrir", sino que se considera como placer de la garganta.

Los "alimentos pequeños" (xiaochi) como sopas, panqueques, dulces, jaleas, galletas, crepes, etc., vendidos por vendedores ambulantes, simbolizan la gula y participan en la esfera de "comer por placer". Su consumo está desprovisto de cualquier regla particular.

El comensal no sólo se libera de todas las limitaciones, libre de probar a voluntad lo que le gusta, solo o en compañía, sino que más a menudo también impone su gusto personal ya que los "pequeños alimentos" se presentan a menudo en diferentes versiones: dulces, salados, con caldo, picantes o no, calientes o fríos, etc. La única guía es, por lo tanto, el apetito y el estado de ánimo de aquellos que comen por su propio placer.