
El pato ahumado con té, también conocido como zhangcha, al probarlo nos transporta a Sichuan (sudeste de China), donde como en toda China la alimentación es un reflejo de su sistema religioso donde se funde el taoísmo, el budismo y el confucionismo.
En la gastronomía china se busca un equilibrio, siguiendo una regla filosófica del yin y yang, por ello armoniza los siete sabores básicos: agrio, picante, caliente, dulce, amargo, salado y aromático.
Al cocinar el pato ahumado con té, se siguen esas reglas, marinándolo primero en una mezcla de especias entre las cuales no puede faltar la pimienta de Sichuan, las bebidas alcohólicas chinas, el jengibre, ajo y sal. Para acentuar el sabor se agrega pimienta negra, hojas de té y hojas de alcanforero.
El uso de hojas de té en la gastronomía china apareció en la época de la dinastía Qing. Cuando la producción anual y el secado de las hojas de té fue interrumpido por las guerras. Luego, los fabricantes del té para acelerar el secado ya no recurrieron al secado a través del aire, sino que las secaban encima de un fuego de madera de pino.
En Sochuan existen alrededor de 30 técnicas de cocina, entre ellas se puede mencionar: saltear, cocción seca, asado. En este caso el pato, después de marinado, se escalda y se ahúma en un wok con hojas de té negro y ramitas de alcanforero. Luego se cuece al vapor antes de freírlo y la piel queda crujiente.
Este platillo no puede faltar en banquetes o en eventos muy importantes, generalmente no se prepara en casa, debido a su preparación algo compleja y que requiere mucha experticia. Se acostumbra consumir envuelto en bollos con forma de almejas.