Entre los platos más emblemáticos de la cocina china, el Pato Pekinés ocupa un lugar de honor. Con su piel crujiente y su carne tierna, este plato encarna la excelencia culinaria y la rica tradición gastronómica de China.
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Explorando la Delicia Imperial: El Pato Pekinés

Originario de la región de Pekín, este manjar ha conquistado paladares tanto locales como internacionales, convirtiéndose en un símbolo de la gastronomía china en todo el mundo.

Orígenes Históricos:

El Pato Pekinés tiene una historia que se remonta varios siglos atrás, hasta la China Imperial. Se cree que este plato se originó durante la dinastía Yuan (1271-1368), aunque su popularidad alcanzó su cenit durante la dinastía Ming (1368-1644). Durante este período, el emperador Yongle de la dinastía Ming quedó cautivado por la exquisitez de este plato, lo que llevó a su inclusión en los banquetes imperiales.

El Arte de la Preparación:

La preparación del Pato Pekinés es un proceso meticuloso que requiere habilidad y paciencia. El pato se lava y se limpia minuciosamente antes de ser inflado con aire para separar la piel de la carne, lo que ayuda a lograr esa textura crujiente característica. Luego, se sumerge en una mezcla de especias y se cuelga para que se seque al aire durante varias horas, lo que contribuye a desarrollar su sabor único.

El siguiente paso es la cocción, que tradicionalmente se realiza en un horno de leña especial. El pato se asa lentamente a una temperatura constante, lo que permite que la piel se vuelva dorada y crujiente, mientras que la carne conserva su jugosidad. Durante el proceso de cocción, el pato se glasea con una mezcla de miel y vinagre, agregando un toque dulce y ácido a su sabor.

Presentación y Degustación:

Una vez que el Pato Pekinés está listo, se presenta en la mesa de manera espectacular. El chef hábilmente corta la piel crujiente en finas láminas, que se sirven junto con panqueques de harina de trigo, cebollín fresco y salsa hoisin. Los comensales pueden armar su propio rollo, colocando una lámina de piel de pato en un panqueque, agregando algunas tiras de cebollín y salsa hoisin, y luego enrollándolo todo para crear un bocado delicioso y satisfactorio.

El ritual de comer Pato Pekinés es una experiencia sensorial inigualable. Cada bocado es una explosión de sabores y texturas, con la crujiente piel, la jugosa carne y los sabores dulces y salados que se mezclan armoniosamente en el paladar. Además, la ceremonia de armar los rollos añade un elemento interactivo y social a la comida, lo que hace que compartir este plato sea una experiencia aún más memorable.

Legado y Popularidad:

A lo largo de los siglos, el Pato Pekinés ha mantenido su estatus como uno de los platos más emblemáticos de la cocina china. Su popularidad se ha extendido más allá de las fronteras de China, conquistando paladares en todo el mundo. Hoy en día, es un plato imprescindible en los restaurantes chinos de alta cocina, así como en numerosos establecimientos gastronómicos internacionales.

En resumen, el Pato Pekinés es mucho más que un simple plato de carne de pato asado. Es una obra maestra culinaria que encarna la rica historia y la exquisita tradición gastronómica de China. Desde sus humildes orígenes en la corte imperial hasta su reconocimiento global en la actualidad, el Pato Pekinés sigue siendo un símbolo de la excelencia culinaria y un deleite para los sentidos en todo el mundo.